miércoles, 12 de febrero de 2014

Origami

I

Más allá de los círculos
se esconde su oficio secreto
suave o lacerante
vuelo de aves en la mano


II

Primeras en llegar
las nubes
con su revestimiento de plata


III

Los hombres
incómodos peces de tierra
apuran sus techos portables,
aves redondas
que no logran echar a volar

Vicky
Febrero 2014

martes, 29 de octubre de 2013

Odisea del espacio

Vacío

En el silencio
cielo sin nubes,
estrellas,
solo negro.
El sol ya no es redondo
desde acá

Arriba o abajo
Es lo mismo
Si mis pies son pies
o manos o patas de rana
no hay ningún lugar
donde volver a pisar

jueves, 5 de septiembre de 2013

Mi casa es un pasillo

Se abre la puerta y entra la Closi está de paso a la panadería, atrás llegan  Yoyi y Eche.  Buscan a mi hermano. No pasan cinco minutos que vienen Marisa con su hijo Esteban, avisando que en un rato van a  venir Zurdo y Yogurt a traer unos papeles del juzgado. Roberto entra y sale, hace una semana que vive en casa,  se encarga de hacer los mandados. Vero llega del colegio con dos compañeros, todos se quedan a almorzar. La puerta ya no  cierra, la dejamos abierta para no escuchar el rechinar de las bisagras. Hoy es lunes, son las doce del mediodía.


lunes, 12 de agosto de 2013

Grietas



La amenaza del trueno nos detuvo en seco como si nos hubieran echado una maldición. La pampa se nos hizo hostil. Titubeamos, ajenos al paisaje, extraños especímenes fuera de contexto. Los animales se escurrieron sin preámbulos ni dilaciones. Nosotros no supimos qué hacer y nos quedamos quietos, indefensos. La única certeza era la repentina oscuridad y la lluvia que empezaba a caer llenando el aire con gotas gruesas. Un fogonazo con la potencia de la muerte iluminó el cielo rayándolo, formando grietas por las que el agua empezó a brotar furiosa. Si él me hablaba o no, no lo sabía, porque no había lugar en el aire para otro sonido que el de la tormenta. Y así estuvimos un tiempo. Solos en medio de la naturaleza, sintiendo la dimensión de todas las cosas. Le agarré la mano y la apreté con fuerza para envalentonarme y no llorar.


Vicky Raimondo

martes, 30 de julio de 2013

Sinestesia

Aplacamos un sentido para descubrir otros.
Los aromas, texturas y aromas provocan asociaciones, destapan la memoria y nos provocan la escritura.






lunes, 15 de julio de 2013

El frío de los huesos

El mundo se movía más de lo normal, con cada respiro la frescura de la madrugada me apuñalaba otra vez el cerebro.
Sentía un poco el cuerpo, pero sé que caminaba o corría. Algo mojo mis labios, amargo, aguachento, pero duró poco. Estaba cansado enojado, en un arranque de ira estrellé lo que tenia en la mano contra algo !splash!; mil pedazos de vidrios volaron y la sangre empezó a brotar. Oí unas risas o un llanto, todo se movía rápido sin sentido frenético, el tiempo paró.
Cuando encontré, en algún lugar, mi conciencia ya no sabía donde estaba ni cuánto tiempo había pasado. Vi blanco, la nada. El frío me calaba los huesos, entonces mordí y me puse a llorar.
Decidí irme. No soportaba ese olor, un fuerte olor a lavandina con trapo sucio, podrido, que tapaba un aroma tenue, lejano, ascéptico como la muerte.
Me senté en la camilla, miré mis manos; un punzante dolor me hizo girar la muñeca. Tenía suero, me lo arranqué, bajé de la cama y caminé hacia la puerta, nadie se movió, había hombres y mujeres con caras de cansancio, algunos durmiendo, otros esperando.

Salí por la puerta principal, la luz me encegueció, tuve sed, esa sed incontenible, insaciable, desesperante y ya no pude mirar ni escuchar, sólo caminé hasta que no pude más.

Dani Malgor 04/06/07  

martes, 9 de julio de 2013

El Rosario al cuello

Mamá me lo regaló, cincuenta y nueve cuentas divididas; cinco una, cinco una, hasta cincuenta y cuatro, después, cinco más en fila y en la punta una cruz con el muerto. Yo, me lo puse, con toda la catequesis en la cabeza. A veces se pone fluorescente, en la buenas acciones; ayudar a cruzar al ciego o darle una bolsa de comida a un cartonero. El resto del tiempo pesa y se opaca.