lunes, 24 de junio de 2013

Durazno Limón.


El mundo se movía más de lo normal, con cada respiro la frescura de la madrugada me apuñalaba un poco más el cerebro.
Sentía, un poco, el cuerpo pero sé que caminaba o corría no se. Algo mojo mis labios, amargo aguachento pero duró poco. Estaba cansado enojado, en un arranque de ira sin sentido, estrelle lo que tenia en la mano contra algo SPLASH mil pedazos de vidrios volaron y la sangre empezó a brotar. Oí unas risas o un llanto, todo se movía rápido sin sentido frenético, frió, duro. Duró una eternidad.
Cuando encontré, en algún lugar, mi conciencia ya no sabía donde estaba ni cuanto tiempo había pasado solo estaba mirando un techo blanco inmaculado, la nada. Me sentía adolorido, confundido solo triste enojado.
Decidí irme no me gustaba ese el lugar, sobre todo el olor, un fuerte olor a lavandia con trapo sucio podrido que tapaba un aroma tenues y lejano la... muerte.
Me senté en la camilla miré mis manos, un punzante dolor me hizo mirar la muñeca tenía suero, lo arranque baje de la cama y camine hacia la puerta, nadie se movió en la sala de espera había hombres y mujeres con caras de cansancio algunos durmiendo otros mirado la nada misma, todos haciendo lo mismo esperando.

Salí por la puerta principal, la luz me encegueció, derrepente tuve sed pero esa sed que es incontenible insaciable desesperante y ya no pude mirar ni escuchar solo camine hacia el primer quiosco que se encontrará en mi camino.

04/06/13

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