El mundo se movía más de lo normal,
con cada respiro la frescura de la madrugada me apuñalaba un poco
más el cerebro.
Sentía, un poco, el cuerpo pero sé
que caminaba o corría no se. Algo mojo mis labios, amargo aguachento
pero duró poco. Estaba cansado enojado, en un arranque de ira sin
sentido, estrelle lo que tenia en la mano contra algo SPLASH mil
pedazos de vidrios volaron y la sangre empezó a brotar. Oí unas
risas o un llanto, todo se movía rápido sin sentido frenético, frió,
duro. Duró una eternidad.
Cuando encontré, en algún lugar, mi
conciencia ya no sabía donde estaba ni cuanto tiempo había pasado
solo estaba mirando un techo blanco inmaculado, la nada. Me sentía
adolorido, confundido solo triste enojado.
Decidí irme no me gustaba ese el
lugar, sobre todo el olor, un fuerte olor a lavandia con trapo sucio
podrido que tapaba un aroma tenues y lejano la... muerte.
Me senté en la camilla miré mis
manos, un punzante dolor me hizo mirar la muñeca tenía suero, lo
arranque baje de la cama y camine hacia la puerta, nadie se movió en
la sala de espera había hombres y mujeres con caras de cansancio
algunos durmiendo otros mirado la nada misma, todos haciendo lo mismo
esperando.
Salí por la puerta principal, la luz me
encegueció, derrepente tuve sed pero esa sed que es incontenible
insaciable desesperante y ya no pude mirar ni escuchar solo camine
hacia el primer quiosco que se encontrará en mi camino.
04/06/13
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