lunes, 27 de mayo de 2013

Galera encantada. Con frases escuchadas.

LA RAÍZ

La última vez regresé en ómnibus. Fue un viaje áspero, como son esos trayectos a pelo de caballo, espinosos y malolientes. No tenía sentido el cansancio, sentimiento absurdo que lo alejaba del momento, lo desconectaba de su raíz, del viaje áspero como de pelo de caballo. Ese tenaz amarreteo del aire lo ponía loco, como si el polvo consumiera todo el oxígeno, el viento caliente en la cara –implacable– del zonda.
El cuerpo se tensa y se distiende, a espasmos regulares, lo que hace aún más difícil algo tan simple como respirar. Es el viejo compañero, ese dolor sordo en los pulmones, que lo sigue a sol y sombra, sin descanso. Terror a crecer, eso es lo que le dijo el doctor tantos años atrás, como si por decirlo mágicamente se arreglara, desapareciera, quedase oculto en un rincón. Sentía el odio de los asientos, en esas sacudidas de zamba, un odio cada vez mas acrecentado por el camino de piedra. Aunque no es del todo cierto, pensó Juan de la frase del doctor. No podía echar la culpa a unas pocas palabras. Pero vuelvo al ómnibus, al presente, a lo áspero, irrespirable de esta cachila destartalada, pensó en su cabeza, a reencontrarme con el dolor sordo en el pecho, estoy llegando, tan cerca, falta poco, y el corazón que se acelera como lo hace el viejo colectivo.

Por Gabi

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